lunes, 25 de abril de 2016

Las vidas del dolor... el maltrato infantil



Marcos.
Marcos, acaba de nacer. Su llegada al mundo ha sido rápida pero no por ello es un encuentro sencillo con la vida. Ha nacido con síndrome de abstinencia, derivado del consumo de alcohol y cocaína de su madre durante su tiempo de embarazo. Ya consumía con anterioridad y pese a decir que quiere a su hijo con locura y su embarazo es deseado, nunca se planteó un cambio en su estilo de vida. Su padre, también consume, ambos se conocieron durante las visitas a la Asociación Local a recoger sus dosis de metadona y las pastillas que posteriormente se dedicaban a vender a sus círculos sociales y ganarse un dinero de manera rápida y sencilla.

  
Marcos nace con bajo peso y pasa sus primeros 15 días en la incubadora, tiritando, con constantes temblores, mucha irritación y tomando una medicación que le ayuda a paliar los síntomas de su adicción pasiva y así continuará, con el síndrome de abstinencia mínimo los tres, cuatro primeros meses de su vida.

La madre, el rato posterior al parto, no cesaba de gritar que quería estar y llevarse a su hijo para casa, llegó el padre, tarde, Marcos ya había nacido. En dos días ambos desaparecieron del hospital gritando que iban a denunciarlo por negligencia. Marcos, derivado desde el hospital a Servicios Sociales se ha ido a vivir con una familia de acogida de forma temporal mientras los servicios de protección investigan la situación de su familia extensa o se promueve el inicio de un proceso de adopción.

Yolanda
Yolanda es increíble, tiene un montón de habilidades relacionadas con el dibujo y la pintura pero ni ella ni nadie lo supo hasta que su profesora de inglés observó más allá de su conducta y detectó sus fantásticas habilidades. Las personas de su entorno sólo estaban pendientes de sus extrañas actitudes y anómalos comportamientos.

Comienza a acudir a un Centro de protección de Menores porque presenta un alto grado de absentismo escolar, casi nunca asiste al Colegio y cuando va sólo habla de alcohol, droga, bares, borracheras y peleas.

No se porta mal pero rompe el ritmo de la clase y sus compañeros no quieren acercarse a ella... es un bicho raro, se porta diferente y le tienen miedo. Tiene 7 años. Su madre la tuvo con 17 años, la cuidó sin ayuda de su pareja y 7 años después, con 24 añitos, su preocupación es mantener su trabajo y vivir la vida no vivida, no siendo su hija una prioridad. El padre de Yolanda tiene 44 años, es alcohólico, ya no vive con la madre de Yolanda pero se la lleva de bares durante los permisos estipulados con su madre. Todo el vecindario conoce la situación pero se tardaron 7 años en denunciar a los servicios sociales, la llamada realizada por esa persona desconocida le ha facilitado la vida y su calidad de vida está mejorando en la actualidad. Su madre acude a sesiones de intervención familiar y se le está enseñando a atender de manera positiva las necesidades de su hija. 
Ha comenzado a asistir a clase de manera regulada, sus comidas también están reguladas y sus pautas de vida han mejorado y con ellas su actitud, su carácter y sus formas agresivas de responder a los adultos y a su grupo de iguales.


Estas son dos historias, dos realidades diferentes que ocurren a nuestro alrededor, en nuestro barrio, estas don dos historias reales, conocidas por mi si bien tanto los nombres como lugares e historias han sido alteradas para proteger la privacidad de las personas.

Y es que debemos entender que es totalmente prioritario alzar la voz por todos los menores, adolescentes y jóvenes en situación complicada, personas que no las quieren en casa, que expulsan de Colegios y/o Institutos y personas que son excluidos o no observados por el sistema social.

No hay que cerrar la ventana ni bajar la persiana, ni tapar nuestros oídos o decirle a nuestro cerebro que no nos importa aquello que pase fuera de nuestras casas o lo que pase detrás de la puerta de nuestro vecino/a. El maltrato infantil es una realidad social que sucede, sucede en nuestro barrio, en nuestra localidad, un niño/a no puede defenderse, ni puede denunciar, si los padres que están a su cargo deben ser los responsables de sus cuidados y estas personas no están o no pueden cubrir estas necesidades debemos asumir nuestra parte de conciencia social, de humanidad y denunciar porque estaremos salvando la vida de un menor y no entrometiéndonos en la vida ajena.

Si somos capaces de verlo, o leer entre líneas detrás de cada grito hay una lágrima, detrás de cada lágrima, un llanto y detrás de cada negativa un deseo de dar un abrazo, hay que ser capaz de llegar a su dolor, a su necesidad, a su abandono, a su ausencia de afecto, a su desprotección, a su maltrato, a sus problemas y a sus dificultades.



Unas pequeñas aportaciones teóricas
 


Los tipos de maltrato infantil se clasifican en:

Maltrato físico
Abandono físico o negligencia
Maltrato emocional
Abandono emocional
Abuso sexual
Abandono
Explotación Laboral
Corrupción
Maltrato prenatal
Síndrome de Munchaüsen por poderes

Algunos de los indicadores que ayudan a la detección del maltrato infantil, y que se encuentras recogidos en la guía "Detección precoz del maltrato infantil" editada por la Xunta de Galicia son:


  • Retraso en el desenvolvimiento intelectual no atribuible a otras causas.
  • Retraso en el crecimiento, raquitismo, desnutrición, dermatitis agudas, suciedad.
  • Trastornos en el comportamiento.
  • Trastornos en el comportamiento sexual.
  • Ausencia de vacunas y de atención sanitaria básica.
  • Miedo, indiferencia o inexpresividad.
  • Hambre desmesurada, tristeza intensa.
  • Ausencia de reacción ante estímulos externos.
  • Indiferencia y aislamiento del grupo de iguales.
  • Actitud temerosa y a la defensiva ante los adultos.


Las situaciones de maltrato infantil se producen muy frecuentemente en el contexto privado del domicilio por lo que resulta muy poco probable observarlas directamente.

Su observación o detección inicial se debe realizar en base sobre todo a manifestaciones externas tales como:


  • Características físicas del niño/a.
  • Características conductuales del niño/a.
  • Características conductuales de los padres, tutores o cuidadores.

 ¡Recordemos!

"Siempre, Por Siempre y para siempre... Hay que velar por el interés supremo del menor". 


sábado, 23 de abril de 2016

La emoción educativa del mundo de la lectura #DíaInternacionalLibro



Regalar un libro… es regalar un sueño, es regalar ilusión, conocimiento e imaginación… Detrás de cada libro hay siempre una nueva historia, mil emociones e intrigas, dudas a resolver y una oportunidad educativa. 

El primer encuentro de un niño con un libro se realiza a través de la exploración desde los sentidos, la vista, el tacto y el olfato, es un nuevo juego, un nuevo juguete qué les permite aprender y empezar a conocer historias. Se acercan desde el mundo de los sonidos, de los colores y de las distintas percepciones táctiles y olfativas. 


Es genial! Libros de diferentes formatos, de materiales irrompibles y que incluso se pueden llevar a la boca, porque esta acción también forma parte del reconocimiento y del juego.

Nos encantan las historias! Nos encanta contarles historias! Nos escuchan con asombro y con ilusión sonriendo e interaccionando según nuestros tonos de voz y estilos narrativos.

Nuestros/as niños van creciendo, se emocionan, inician su aprendizaje caminando hacia diferentes niveles de independencia, empiezan a caminar, a balbucear sonidos hasta que de pronto un día el lenguaje asoma desde sus vocecitas haciendo uso de la palabra, empiezan a aprender los números, las letras, los colores, aprenden a escribir su nombre y los libros continúan en sus vidas, varían formatos, colores y dibujos, empieza una nueva forma de interacción sin dejar de ser nunca una historia, un aprendizaje y un transmisor de conocimientos y valores.

Comienza un nuevo divertido mundo de la lectura, la asociación de palabras a realidades e imágenes. Por sus manos comienzan a pasar libros ya elegidos por ellos, se acercan a esos lugares o estanterías que adaptamos a su altura y se acercan a contarnos con toda su ilusión la historia que acaban de conocer o que repiten y repiten y repiten sin cansancio y con la misma ilusión que el día anterior.

Este tiempo de compartir un libro es tiempo educativo, es tiempo de presencia, tiempo de calidad, de descubrimiento de los intereses de nuestros niño/as y es tiempo de transmisión de valores, actitudes, capacidades, es tiempo de enseñar a resolver conflictos, es tiempo de hablar de aquellas cosillas que tanto les emocionan y les gustan, es tiempo creativo y todo ello bañado por un tiempo de ocio y disfrute donde las normas, el día a día, el estrés y la tensión no son los protagonistas, el mediador es el libro, los protagonistas los niño/as y adultos.

Las historias apasionantes a través del libro continúan formando parte activa de la vida de los niños/as, sus intereses van cambiando, sus formas de interpretarlos también, van descubriendo sus temas de interés y los momentos de descubrimiento persisten.


Siempre hay un momento para leer un libro, para contar una historia, los adultos nos ilusionamos viéndolos disfrutar, es un encuentro con los libros que nace por sí mismo.

Motivación, creatividad, ilusión… parece que nunca se pierde… 
o quizás sí se pierde… 
Nuestros niños crecen… se hacen mayores y sus elecciones cambian…

¿Estamos preparados para educar en este cambio?

¿Nos hemos preocupado por establecer una base educativa adecuada para fortalecer los valores de nuestros hijos aprovechando este momento de cambio hacia la madurez?

"Si un libro es un sueño… construyamos ya el sueño desde la base… desde la educación"

domingo, 10 de abril de 2016

Se llama Síndrome del Emperador, una etiqueta a re-educar



Violencia familiar... violencia emocional que se acaba casi convirtiendo en violencia física y que no logramos entender.

¿En qué momento se nos ha ido de las manos? ¡si somos una familia normal! ¡nunca le ha faltado nada!


Todo iba bien, éramos muy felices hasta que cumplió 15 años, su actitud cambió radicalmente, ya es imposible mantener una conversación, no escucha, responde a gritos, pasa gran parte del tiempo en casa encerrado en su habitación, entra y sale de casa cuándo quiere, impone sus normas, regresa a altas horas... 

No puede ser, es incomprensible, no se puede tolerar y así no podemos vivir, ya apenas habla con nosotros y si su deseo es vivir así... nosotros/as ya no podemos más!

¡Nada es imposible!

La re-educación es un proceso, a trabajar con el/la menor y a trabajar con la familia, una solución en la que se debe:


  • Re-organizar las emociones, 
  • Re-negociar las normas, 
  • Visibilizar los límites, 
  • Re-ordenar los roles familiares y 
  • Abrir nuevos espacios de comunicación positiva.


El silencio es vacío y la ausencia de comunicación también se transforma en violencia.

Recordemos!

Nada es imposible, todo es posible y aunque se hable de Síndrome del Emperador, hijo/as tiranos, violentos, malcriados y otros adjetivos con connotaciones muy destructivas.

Desde la educación se pueden ofrecer nuevas respuestas, respuestas positivas que mejoren la vida de la unidad familiar. La motivación y la implicación son las llaves que abren la puerta a la eliminación de etiquetas, al cambio de conductas y a la mejora en el desarrollo personal y emocional de las personas afectadas. Cada miembro de la unidad familiar requiere intervenciones diferentes con programas diferentes pero la unión de ambos proyectos es el verdadero progreso educativo.