domingo, 29 de enero de 2017

Los estereotipos en la violencia



Todas las personas nos encontramos marcados por unos estereotipos sociales, estereotipos que se transmiten y refuerzan mediante el proceso de socialización y que hacen referencia a una serie de ideas impuestas y fuertemente asumidas sobre las características, actitudes y aptitudes de mujeres y hombres.


Se encuentran directamente relacionados con los roles de género que son los que nos atribuyen las diferentes funciones sociales y que marcan las diferencias de género.

Nacemos sin ellos, sin estereotipos pero casi sin elección y desde que ponemos un pie en el mundo ya pretenden definir nuestro comportamiento, actitudes e incluso habilidades que en muchas ocasiones acaban proyectando nuestras decisiones futuras.

Las niñas debemos ser princesas, nuestro mundo es de color de rosa, somos sensibles, tranquilas, serenas, responsables, vivimos en un castillo de cristal del que ya se encargan nuestros compañeros, los hombres de rescatarnos y cuidarnos. Somos protectoras y hacendosas y cuidamos de nuestro hogar mejor que nadie.

Los niños por su contra debemos ser decididos, valientes, celosos, guerreros, hábiles. Pintan nuestro mundo de azul y a partir de esta gama de color podemos ir moviéndonos de blancos a negro según la sociedad nos imponga y según la necesidad de afianzar nuestro rol social. Debemos defender nuestro hogar, si nos vemos amenazados o amenazan a uno/a de los nuestros, mucho cuidado! porque conmigo que no se meta nadie.

Y de aquí a la violencia hay sencillamente una pequeña barrera, la delgada línea entre el "Ámame Bonito" y "Quiéreme Enfermizo" y sin quererlo así lo viven nuestros jóvenes en la calle, en el colegio, en la familia, sus valores en ocasiones son unos y la sociedad les instaura otros que en ocasiones son constructivos y que en otras, se convierten en altamente destructivos.


 "Yo de pequeño era un niño/a tranquilo y en mi clase se reían de mí, me llamaban niña, yo llegaba a casa llorando y nadie me entendía hasta que un día, al cumplir los 11 años me armé de valor y me acuerdo como si fuera ayer, le di unas fuertes patadas a una compañera de clase, necesitaba que vieran que las niñas no eran mis amigas y, a partir de ahí me gané el respeto de todos los niños/as de mi clase, bueno más bien venían a hacerme la pelota para que no les pegara. Me tenían miedo pero no me importó, me había ganado su respeto" así me lo cuenta Ricardo, menor de 15 años que está cumpliendo una medida judicial por haber agredido a su novia y a un compañero de clase de su novia por los celos que dicha relación le provocaban, celos cuando los veía y celos cuando veía las fotos y comentarios que compartían en diferentes redes sociales. 

 Así es cómo ha aprendido Ricardo a resolver sus conflictos y así es como ha encontrado un espacio en el grupo de iguales.

"Yo ahora estoy muy tranquilo me cuenta, mientras nadie me moleste. Si voy por la calle y se meten conmigo, les meto, nadie tiene que hablar de mí y en esta vida he aprendido que las cosas se demuestran con hechos, la palabra no tiene valor. Así es como soy y no lo voy a cambiar".

¿Qué tenemos que hacer ahora? 

Iniciar un programa de re-educación que trabaje sus habilidades sociales, su baja tolerancia a la frustración, su baja autoestima, su rol en el grupo y su relación con el grupo de iguales así como sus relaciones afectivas, emocionales y sexuales.


Se ha sentido acosado desde pequeño, se ha sentido diferente, se ha sentido desprotegido, no ha sido capaz de narrar las malas vivencias con su grupo de clase y ante la ausencia de apoyo ha buscado entre sus recursos y encontrándose con la violencia como herramienta de defensa, la ha utilizado, se ha sentido fuerte y a partir de aquí se ha quedado con esta herramienta y nunca se ha preocupado de conocer una menos dañina. Se ha convertido en la figura del acosador perdiéndose la educación y la  prevención como recurso de trabajo estupendo.


¡Todos/as somos responsables!

sábado, 28 de enero de 2017

Acoso Escolar y Educación Emocional #EscuelaPadresMadres



Con la llegada del mes de Febrero, retomamos en la ciudad de Vigo nuestra Escuela de Padres y Madres "Aprender a Educar" organizada desde Positivando Gabinete Educativo.

En esta ocasión con dos Formaciones que considero importantes y muy relevantes en el proceso de educación de nuestros/as hijos, relevantes por ser ambas de interés social y en los que se encuentran implicados diferentes agentes sociales e importantes porque para ofrecer herramientas adaptadas a las necesidades de los niños/as es necesario conocer los recursos que la educación nos ofrece en nuestra función educadora.



El día 15 de Febrero 2017, abordaré el Acoso Escolar, también llamado Bullying con el objetivo de dotar de recursos a los padres para abordar esta grave problemática social desde la educación y la prevención. Partiendo del concepto de acoso escolar y desmitificando la figura del acosador y acosado, hablaremos de sus diferentes protagonistas, sintomatología, consecuencias y recursos preventivos que favorezcan no sólo la comunicación entre padres e hijos/as sino también la comunicación positiva entre ambos. 

El día 23 de Marzo 2017, nos reuniremos para hablar de Educación Emocional y su estrecha relación con la Autoestima, desde la infancia hacia la adolescencia, la identificación, reconocimiento y gestión de nuestras emociones además de favorecer nuestra comunicación favorece nuestro desarrollo personal, psicológico, familiar y social y como padres y madres qué mejor aprendizaje que aprender a entender los procesos emocionales de nuestroshijos en sus diferentes etapas de desarrollo.
Un bonito programa formativo que aspira a ser también un lugar de encuentro entre padres, hombres y mujeres preocupados por su rol de padres-educadores y con ganas de compartir y aprender experiencias con otras familias que se encuentran en su misma situación. 

¡Un espacio de aprendizaje porque a ser padres/madres también se aprende! Y recibe el nombre de EDUCACIÓN!

Si estás interesado/a en participar realiza tu inscripción en nuestra dirección de correo info@positivando.net, en el número de teléfono  626 482 596 o en el siguiente enlace a través de la web www.positivando.net

¡Estaré encantada de contar con tu participación!

domingo, 22 de enero de 2017

El Acoso Escolar o Bullying



El Acoso Escolar también conocido como Bullying, es una realidad social que ha existido desde siempre si bien se ha comenzado a considerar un tema de interés tanto entre los miembros de la comunidad educativa como desde los medios de comunicación de una manera muy reciente.

Es una realidad que se produce en el ámbito escolar pero no por ello debe ser entendida como una problemática exclusiva a la que el resto de agentes sociales deban dar la espalda. Los procesos de prevención e intervención son responsabilidad de todos nosotros.


 Un poco de historia...

Dan Olweus, psicólogo nacido en Suecia en 1931 está considerado como el pionero en el estudio del acoso escolar, estudios e investigación que se han iniciado a principios de los años 70 y no siendo hasta finales de los años 90 cuando el maltrato escolar entre estudiantes atrajo la atención de España, más concretamente en 1999 gracias a los estudios realizados desde la figura del Defensor del Pueblo. Actualmente existen "Protocolos de Actuación en caso de Acoso Escolar" en las escuelas así como "Programas de Mediación" y "Programas de Mejora de la Convivencia Escolar" que quizás no estén obteniendo los resultados esperados en calidad de prevención de actitudes intimidatorias en muchas ocasiones en forma de agresiones y violencia con consecuencias graves para las personas afectadas.

En la mitad de la década de los 80 Olweus define el acoso escolar "un estudiante es acosado o victimizado cuando está expuesto de manera repetitiva a acciones negativas por parte de uno o más estudiantes" hablando de acción negativa cuando alguien infringe, de manera intencionada, o intenta infringir mal o malestar a otra persona

Las acciones negativas se pueden llevar a cabo mediante contacto físico, verbalmente o de otras maneras como hacer muecas o gestos insultantes e implican la exclusión intencionada del grupo. Ha de haber un desequilibrio de poder o de fuerza (relación asimétrica) y el escolar que está expuesto a las acciones negativas tiene mucha dificultad para defenderse.

El comportamiento acosador se define como el “comportamiento negativo repetitivo e intencional (desagradable o hiriente) de una o más personas dirigido contra una persona que tiene dificultad para defenderse”.(Olweus, D)

Por ello el Acoso Escolar/ Bullying se describe cómo:


  • comportamiento agresivo o querer “hacer daño” intencionadamente
  • llevado a término de forma repetitiva e incluso fuera del horario escolar
  • en una relación interpersonal que se caracteriza por un desequilibrio real o superficial de poder o de fuerza.



Olweus añade que gran parte del acoso escolar se da sin una provocación aparente por parte de la persona víctima siendo el acoso escolar una clara forma de abuso que se diferencia de otras formas de abuso, como por ejemplo la violencia doméstica, por el contexto en el que sucede y por las características de relación de las personas implicadas.

"El Círculo del Acoso"

En las situaciones de acoso escolar considero que no solamente se debe enfatizar la figura de la persona acosadora y de la persona acosada, es muy importante hablar de "El Círculo del Acoso" para definir a las personas que están directamente involucradas en una situación de acoso escolar y quiénes asisten de forma activa o pasiva al comportamiento o lo rechazan. 

Entre los papeles que pueden jugar los niños ante una situación de acoso encontramos:

Espectadores
La violencia genera siempre violencia y en el momento en que se observa una agresión, la tendencia inicial del grupo es mostrarse participativo en la acción quedando el proceso de ayuda en un segundo plano.

Perfiles espectadores.
  • Menores que ayudan y que es posible que no comiencen el acoso ni guíen el comportamiento acosador. Adoptan el rol de "animadores" y en ocasiones, participan.
  • Menores que refuerzan, se ríen o apoyan a los menores que participan del acoso. No participan directamente del comportamiento acosador pero forman parte del público.
  • Menores no participantes que se mantienen alejados de la situación de acoso. NO apoyan el comportamiento acosador y no defienden al menor que está siendo acosado, aún así, formar parte del público puede estimular el comportamiento acosador.
  • Menores que defienden y consuelan de forma activa al menor que ha sido acosado y pueden salir en su defensa cuando se produce una situación de acoso.


 Es importante para profesores y padres comprender los diferentes papeles  que juegan los niños/as para poder prevenir y responder ante el acoso de manera eficaz. Aunque vuestro hijo/a no esté involucrado en una situación de acoso escolar, puede formar parte del acto en sí y presenciar comportamientos agresivos e intimidatorios que pueden tener afectacciones en su desarrollo personal, psicológico, emocional y social.

¡El Acoso Escolar es responsabilidad de todos/as!
Eduquemos desde el ejemplo que nos aporta la empatía, la cordialidad, el trato amable, la colaboración y el respeto

domingo, 15 de enero de 2017

¿Qué opinan nuestros jóvenes? Un caso de sexting



"Dos personas, son amigas, muy amigas y así lo han sido durante muchos años. Llegado un día, una de ellas decide que quiere romper esta relación de estrecha amistad y noviazgo y así se lo hace saber a la otra persona.

Ambas han compartido muchos momentos, muchas historias, muchas confidencias,  secretos, opiniones y muchas imágenes y fotografías unas quizás más privadas que otras.

Una de las dos personas, en este caso la persona que se ha sentido rechazada, sintiéndose además profundamente herida y poco conforme con la decisión de su ya ex-pareja, adopta una postura de incomprensión y comienza a amenazarla diciéndole que va a publicar las fotos más íntimas que de ella tiene, una de las fotos es en ropa interior. Y sin pensarlo más, así lo hace, movida por la rabia, la ira y las ganas de hacer daño, publica la fotografía en un chat de amigos/as, ésta se difunde y en menos de dos horas es vista por la mayor parte del alumnado del Instituto en el que ambos estudian"




¿Qué opinan nuestros jóvenes ante una situación de estas características?

Así lo he querido saber y juntándome en una actividad con un grupo de menores, de entre 12 y 14 años, de ambos géneros hemos hablado y debatido en torno a este supuesto práctico. Y estas son parte de los planteamientos y conclusiones que me han hecho llegar:

1. Búsqueda de la culpa.

La primera opinión que surge es la búsqueda inmediata del culpable y lo encuentran en la figura de la persona que ha enviado la fotografía a su pareja por haberse realizado fotos mostrando parte de su cuerpo. Resaltan que este tipo de actitudes no son normales y que si no hubiera enviado esa fotografía, la otra persona nunca la hubiera podido utilizar.

Culpabilizan a la víctima sin hacer ninguna valoración de la figura del agresor, deteniéndose tal y como he comentado en buscar las causas en el mal proceder de la víctima. El agresor a priori queda exculpado de toda acción y delito confundiendo o no entendiendo la culpa de un acto delictivo con la responsabilidad de las personas en la defensa de su intimidad.

2. Imposibilidad de reparar el daño causado

A medida que crece el debate y se comparten ideas, la segunda disyuntiva que surge es la imposibilidad de remediar el daño realizado a la víctima, la foto ya ha sido enviada, ya ha sido vista por multitud de personas, ya no tiene sentido adoptar ninguna medida. La víctima debe aguantarse y no volver a enviar fotografías para que no lo vuelve a suceder esta situación. La víctima debe aguantar las consecuencias y esperar a que se olvide el incidente.

Les vuelve a resultar complejo establecer la estrecha línea ente el hecho de cometer un delito con las consecuencias producidas por ese delito empatizando con el dolor de la persona agredida y volviendo a obviar la figura de la persona agresora como persona causante del dolor. 

3. Análisis de la situación con sus padres

Y poniéndose en el supuesto de la persona agredida, y queriendo valorar  el nivel de confianza con los adultos, les he expuesto las diferentes acciones a llevar a cabo en el supuesto de que ellos tuvieran que enfrentarse a una situación similar y de forma mayoritaria los jóvenes han manifestado, su negativa a contárselo a sus padres buscarían otras figuras de referencia con las que poder a hablar aún a sabiendas de que estas personas se lo contarían directamente a sus padres. 

Los motivos que aducen es falta de entendimiento con ellos, opinan que les recriminarían la acción y los castigarían sin ofrecer espacio a la comunicación, sienten que los padres no escuchan que sólo hay que hacer lo que ellos quieren y si no lo hacen, se les levanta la voz y se les castiga.

Este supuesto práctico es una realidad, un caso de sexting, envío de contenidos de tipo sexual, principalmente fotos y vídeos a otras personas por medio de dispositivos móviles. Es un delito y como tal  debe ser denunciado.

¿Qué podemos hacer los adultos para proteger a nuestros hijos/as ante este tipo de acciones? 

De este supuesto práctico podría sacar muchas conclusiones y todas ellas muy diferentes, podría hablar de la poca importancia que le otorgan a la confianza, la dificultad para diferenciar víctima de agresor, los recursos limitantes a la hora de buscar alternativas pero estas serían conclusiones inducidas por mis propias creencias y por lo que a mi me gustaría escucharles decir. Ellos desde sus experiencias y sus propias reflexiones son las reflexiones a las que han llegado, son un grupo de jóvenes de entre 12 y 14 años.

La conclusión sobre la que yo quiero pararme es la barrera de comunicación existente entre hijos/as y padres, para que los jóvenes puedan aprender y los padres puedan proteger es importantísimo cuidar y mimar los procesos de comunicación, en muchas ocasiones los padres se quejan de la dificultad para que sus hijos/as les hagan vaso y los jóvenes se quejan que sus padres sólo quieren que se haga lo que ellos quieren y si no son sancionados.

Padres, Pedagogos y profesionales de la educación debemos promover mejoras en este proceso de comunicación, podemos hablar de sexting, botellón, ciberbullyng, etc, podemos educar a unos y formar a otros pero es sumamente importante educar desde la confianza y para mi es aquí dónde se encuentra una parte del verdadero cambio en los procesos de educación familiar: intervención desde la confianza y los procesos de comunicación positiva con nuestros hijos/as.

¿Nos atrevemos a promover estos cambios positivos?