domingo, 15 de enero de 2017

¿Qué opinan nuestros jóvenes? Un caso de sexting



"Dos personas, son amigas, muy amigas y así lo han sido durante muchos años. Llegado un día, una de ellas decide que quiere romper esta relación de estrecha amistad y noviazgo y así se lo hace saber a la otra persona.

Ambas han compartido muchos momentos, muchas historias, muchas confidencias,  secretos, opiniones y muchas imágenes y fotografías unas quizás más privadas que otras.

Una de las dos personas, en este caso la persona que se ha sentido rechazada, sintiéndose además profundamente herida y poco conforme con la decisión de su ya ex-pareja, adopta una postura de incomprensión y comienza a amenazarla diciéndole que va a publicar las fotos más íntimas que de ella tiene, una de las fotos es en ropa interior. Y sin pensarlo más, así lo hace, movida por la rabia, la ira y las ganas de hacer daño, publica la fotografía en un chat de amigos/as, ésta se difunde y en menos de dos horas es vista por la mayor parte del alumnado del Instituto en el que ambos estudian"




¿Qué opinan nuestros jóvenes ante una situación de estas características?

Así lo he querido saber y juntándome en una actividad con un grupo de menores, de entre 12 y 14 años, de ambos géneros hemos hablado y debatido en torno a este supuesto práctico. Y estas son parte de los planteamientos y conclusiones que me han hecho llegar:

1. Búsqueda de la culpa.

La primera opinión que surge es la búsqueda inmediata del culpable y lo encuentran en la figura de la persona que ha enviado la fotografía a su pareja por haberse realizado fotos mostrando parte de su cuerpo. Resaltan que este tipo de actitudes no son normales y que si no hubiera enviado esa fotografía, la otra persona nunca la hubiera podido utilizar.

Culpabilizan a la víctima sin hacer ninguna valoración de la figura del agresor, deteniéndose tal y como he comentado en buscar las causas en el mal proceder de la víctima. El agresor a priori queda exculpado de toda acción y delito confundiendo o no entendiendo la culpa de un acto delictivo con la responsabilidad de las personas en la defensa de su intimidad.

2. Imposibilidad de reparar el daño causado

A medida que crece el debate y se comparten ideas, la segunda disyuntiva que surge es la imposibilidad de remediar el daño realizado a la víctima, la foto ya ha sido enviada, ya ha sido vista por multitud de personas, ya no tiene sentido adoptar ninguna medida. La víctima debe aguantarse y no volver a enviar fotografías para que no lo vuelve a suceder esta situación. La víctima debe aguantar las consecuencias y esperar a que se olvide el incidente.

Les vuelve a resultar complejo establecer la estrecha línea ente el hecho de cometer un delito con las consecuencias producidas por ese delito empatizando con el dolor de la persona agredida y volviendo a obviar la figura de la persona agresora como persona causante del dolor. 

3. Análisis de la situación con sus padres

Y poniéndose en el supuesto de la persona agredida, y queriendo valorar  el nivel de confianza con los adultos, les he expuesto las diferentes acciones a llevar a cabo en el supuesto de que ellos tuvieran que enfrentarse a una situación similar y de forma mayoritaria los jóvenes han manifestado, su negativa a contárselo a sus padres buscarían otras figuras de referencia con las que poder a hablar aún a sabiendas de que estas personas se lo contarían directamente a sus padres. 

Los motivos que aducen es falta de entendimiento con ellos, opinan que les recriminarían la acción y los castigarían sin ofrecer espacio a la comunicación, sienten que los padres no escuchan que sólo hay que hacer lo que ellos quieren y si no lo hacen, se les levanta la voz y se les castiga.

Este supuesto práctico es una realidad, un caso de sexting, envío de contenidos de tipo sexual, principalmente fotos y vídeos a otras personas por medio de dispositivos móviles. Es un delito y como tal  debe ser denunciado.

¿Qué podemos hacer los adultos para proteger a nuestros hijos/as ante este tipo de acciones? 

De este supuesto práctico podría sacar muchas conclusiones y todas ellas muy diferentes, podría hablar de la poca importancia que le otorgan a la confianza, la dificultad para diferenciar víctima de agresor, los recursos limitantes a la hora de buscar alternativas pero estas serían conclusiones inducidas por mis propias creencias y por lo que a mi me gustaría escucharles decir. Ellos desde sus experiencias y sus propias reflexiones son las reflexiones a las que han llegado, son un grupo de jóvenes de entre 12 y 14 años.

La conclusión sobre la que yo quiero pararme es la barrera de comunicación existente entre hijos/as y padres, para que los jóvenes puedan aprender y los padres puedan proteger es importantísimo cuidar y mimar los procesos de comunicación, en muchas ocasiones los padres se quejan de la dificultad para que sus hijos/as les hagan vaso y los jóvenes se quejan que sus padres sólo quieren que se haga lo que ellos quieren y si no son sancionados.

Padres, Pedagogos y profesionales de la educación debemos promover mejoras en este proceso de comunicación, podemos hablar de sexting, botellón, ciberbullyng, etc, podemos educar a unos y formar a otros pero es sumamente importante educar desde la confianza y para mi es aquí dónde se encuentra una parte del verdadero cambio en los procesos de educación familiar: intervención desde la confianza y los procesos de comunicación positiva con nuestros hijos/as.

¿Nos atrevemos a promover estos cambios positivos?

 

2 comentarios:

  1. ¡Interesante!
    Nueva relación de los diez mejores libros infantiles para ir a dormir según el Diario El Mundo (14-1-2017).
    Enlace (copiar y pegar en el navegador):
    http://www.elmundo.es/sapos-y-princesas/2017/01/14/587a8e98ca474190638b4592.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Antonia por tu comentario y por la información! Un saludo.

      Eliminar